Volver a vernos las caras
La Firma de Eva Calleja
!["Volver a vernos las caras", la Firma de Eva Calleja](https://cadenaser.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fcloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com%2Fprisaradio%2FOSZLLAZVPZLTJJXGOAUEJ524RE.jpg?auth=2e6ea4c45ddc4366b65f3400b2310a3b76eaa89ed43a88c8787ce14810372e57&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
"Volver a vernos las caras", la Firma de Eva Calleja
02:47
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Palencia
Y llegó el día. Algo más de dos años después hoy el Consejo de Ministros aprueba el fin del uso de las mascarillas de forma general. Ya saben que tenemos que tener claras las excepciones: hemos de mantenerlas en hospitales, centros de salud, farmacias, residencias, si vamos como visitantes, y en todos los transportes públicos. Además cada empresa decidirá si sus trabajadores la llevan. En este caso serán los departamentos de prevención de cada lugar de trabajo los que establecerán cómo ha de ser su uso basándose en datos como distancia entre las personas que trabajan y la cantidad de ventilación.
En todo caso y más allá de lo que hoy se apruebe debe seguir imperando el sentido común. Las personas expertas nos han lanzado un mensaje claro: el virus no se ha ido y, por tanto, un sitio cerrado, mal ventilado y con mucha gente sigue suponiendo un riesgo.
Se sigue recomendando además su uso para personas vulnerables, como mayores y aquellos que tengan patologías de riesgo, si es que no se puede guardar un metro y medio de distancia y en lugares sin buena ventilación.
Es decir, yo diría que, ante la duda, tiremos de mascarilla para cuidar, para seguir cuidando.
Pero más allá de esto estoy feliz, supongo que como ustedes, de poder volvernos a ver las caras porque es algo esencial. Nuestro rostro no solo es parte fundamental de nuestra identidad personal sino que nos da una información muy valiosa sobre lo que las personas sienten en cada momento, forma parte de esa comunicación “no verbal” que nos aporta muchísimas cosas y que nos hemos perdido durante más de dos años.
Ayer pensaba, por ejemplo, que tengo algunos clientes a los que nunca he visto la cara. Nos hemos reunido pero siempre con medio rostro oculto y realmente a fecha de hoy, no sé, no tengo ni idea de como son. Espero descubrirlo en breve. Y estoy deseando hacerlo.
Nos hemos perdido miles de sonrisas, asombros, miedos, esperanzas… que intuimos pero quedaron escondidos detrás de las mascarillas.
Necesito sobre todo sonrisas en estos tiempos de incertidumbre y de conflicto. Necesito ver bocas y escuchar las voces en toda su magnitud. Me encantan las unas y las otras.
Es el momento de la generosidad, entendida de una forma muy concreta: si descubren el temor de alguien que tengan cerca porque no llevan mascarilla, colóquensela, no cuesta nada. El miedo es libre y muchas personas lo tienen.
Es el momento del respeto, respeto absoluto a las demás personas. Cuesta muy poco.
Pero también es el momento de sonreír. De dejar en casa la cara de “señor o señora patata” y regalar de nuevo al mundo una enorme sonrisa que nos transmita lo mejor, lo más positivo de cada una y de cada uno de nosotros.
Sea como sea, mañana descubriremos algunas caras y volveremos a ver otras.
Un pasito más hacia adelante. Bienvenido sea.