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Miquel Barceló: "La guerra de Ucrania sucede con bombas pagadas por nosotros"

El artista regresa con una vitalista exposición en Madrid titulada 'Kiwayu', en la Galería Elvira González. Una serie de acuarelas y cerámicas que creó durante la pandemia

Miquel Barceló en Madrid / Agencia Getty

Miquel Barceló en Madrid

Miquel Barceló es uno de los grandes artistas actuales. Uno de los artistas españoles contemporáneos más cotizados y reconocidos internacionalmente. La variedad de su obra es una de las claves de su dimensión. Sus enormes lienzos, pequeños dibujos, murales, grabados, ilustraciones para libros, cerámica, escultura, escenificaciones para óperas, portadas de discos, carteles, programas de televisión… En todas estas facetas imprime su carácter, su energía y una agresividad artística. Eso le ha valido la concesión de diversos galardones, entre ellos el Nacional de Artes Plásticas en 1986 o el Premio Príncipe de Asturias en 2003.

El artista nos trae a Madrid una nueva exposición, Kiwayu, en la Galería Elvira González. 26 acuarelas y 11 cerámicas que muestra el mundo más personal e íntimo del artista. "Me sumerjo en el mar todos los días, si puedo. Estas obras son hechas en África, pero no en Mali, donde he vivido un tiempo, sino en Kiwayu, que es una isla de Kenia, cerca de Somalia. Estuve ahí durante la pandemia, unos meses, para cambiar de aires", nos decía el pintor. Las obras las realizó durante la pandemia entre la isla de Kiwayu, en el archipiélago de Lamu, en Kenia, y la isla de Mallorca, donde Barceló tiene su taller de cerámica. La exposición es, sobre todo, un canto a la vida que quiere compartir con los visitantes.

Acuarelas de Miquel Barceló en la Galería Elvira González

Acuarelas de Miquel Barceló en la Galería Elvira González / Daniel de la Fuente

Acuarelas de Miquel Barceló en la Galería Elvira González

Acuarelas de Miquel Barceló en la Galería Elvira González / Daniel de la Fuente

"Me he pasado mucho tiempo debajo del agua nadando y pintando. Después de dos años de COVID y de algunos problemas personales, necesitaba cambiar de aires y este sitio ha sido muy especial. Incluso cuando estoy encerrado en mi taller, tengo la sensación de que estoy debajo del agua. Lo comentaba recientemente con un amigo, hasta qué punto las obras no nos representan. Yo estaba en un momento muy malo y mis acuarelas están llenas de luz, de vida y de color", explicaba.

Sin embargo, las cerámicas las compuso en Mallorca, su isla. "Es tierra de Mallorca, literalmente", decía. "Tierra que conozco. He estado trabajando recientemente con un ceramista en Japón y qué diferentes son las arcillas. Me acabé acostumbrando, pero eran muy diferentes. Ahora estamos trabajando en unas cerámicas que son muy grandes, penetrables, puedes caminar dentro de ellas. Se está retrasando la muestra por la crisis de materiales que tenemos, no hemos podido tener los hornos en el calendario que queríamos, pero las expondremos en Francia en un parque, en el Loira".

Kiwayu, exposición de Miquel Barceló en la Galería Elvira González

Kiwayu, exposición de Miquel Barceló en la Galería Elvira González / Daniel de la Fuente

Kiwayu, exposición de Miquel Barceló en la Galería Elvira González

Kiwayu, exposición de Miquel Barceló en la Galería Elvira González / Daniel de la Fuente

Barceló también reflexiona aquí sobre la importancia del papel y sobre la fascinación que tiene en él el arte rupestre prehistórico. El artista aborda de nuevo una técnica frecuente en su carrera desde la década de los 90, cuando comenzó a modelar el barro en Malí. Otra de las cosas que sobresale en esta exposición es la vuelta al autorretrato. "Cada vez que estoy un poco en crisis vuelvo al autorretrato, como en los primeros 80. El autorretrato me ayuda a saber quién soy y dónde estoy. Yo y mi circunstancia. Salgo muy peludo y con los testículos coloreados, pero porque los monos de Kiwayu tienen los testículos azules, azul cobalto. Las crisis son muy recurrentes para mí, es como mi pequeña menstruación", confesaba Barceló.

La pandemia y la alegría de vivir centran las motivaciones de esta nueva exposición, pero inevitablemente la guerra de Ucrania resuena de alguna manera. "Siempre he pintado cosas en tiempos de guerra. Cuando hacíamos la Catedral de Palma, era la primera guerra de Irak. En Mali están en guerra desde hace años y yo lo siento como si fuera en Felanich. Porque son mi familia y mis amigos. Es terrible. Y sucede cada día, con armas pagadas por nosotros, como ahora en Ucrania, nosotros pagamos estas bombas. Es muy doloroso y es una constante de estos tiempos".

Familia disfuncional, 2021, de Miquel Barceló

Familia disfuncional, 2021, de Miquel Barceló / Galería Elvira González

Familia disfuncional, 2021, de Miquel Barceló

Familia disfuncional, 2021, de Miquel Barceló / Galería Elvira González

El pintor tiene amigos en África, un continente, dice, al que todos le debemos algo, aunque solo sea genéticamente. "En África he pasado mucho tiempo y he aprendido mucho a trabajar la arcilla, a pintar teniendo casi nada, rodeado de termitas y de polvo. Y he tenido experiencias mucho más vitales, difíciles de explicar". Barceló, más importante que aprender, en esta profesión, es el proceso de desaprendizaje. "Así como la poesía es un impulso más de adolescente, aunque hay grandes poetas viejos, la pintura creo que necesita mucho tiempo y años de aprendizaje. Y, sobre todo, ir desaprendiendo a lo largo de los años, eso es más importante, quitarse las manías y poder hacer cualquier cosa. Aceptar también todas tus contradicciones", decía. "Yo estuve solo una semana en la escuela de Bellas Artes y me ha llevado 40 años olvidarme de aquello. Y eso que el director de la escuela dijo una vez que había sido su mejor alumno. ¡Pero si solo estuve una semana! Pero aprovechó muy bien el tiempo, me respondió".

Yoga girl, 2021, acuarela de Miquel Barceló

Yoga girl, 2021, acuarela de Miquel Barceló / Galería Elvira González

Yoga girl, 2021, acuarela de Miquel Barceló

Yoga girl, 2021, acuarela de Miquel Barceló / Galería Elvira González

Además de la guerra, a Miquel Barceló le preocupa el cambio climático, ya que la naturaleza, la fauna, la flora son las que inspiran sus obras. "Las figuras y las obras vienen mucho del mundo submarino, de los corales. Y de la vegetación de los manglares. El coral es como una especie de fractal del cerebro de un pintor, porque ves continuamente colores y formas distintas, que nunca se repiten, aunque siempre parezcan lo mismo. Y el coral es una jungla, es sumergirse en otro mundo muy diferente al del Mediterráneo, ha sido muy estimulante", decía con pasión. "Estoy muy implicado en estos temas, no sé en cuántas asociaciones estoy de protección de tiburones, de coral… es un tema muy preocupante, la sobrepesca o la contaminación de plásticos y metales pesados. Todo esto me preocupa mucho".

 
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