¿Quién era Juan de Borgoña?
Según los datos de la Real Academia de la Historia, se cree que Juan de Borgoña llegó a Toledo con 25 años, en el año 1495, y antes de esa fecha su vida es todo un enigma
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Nacho Ares, director de "SER Historia" charla con Rosana Rodríguez, consejera de educación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, durante la grabación del programa en el Museo de Santa Cruz de Toledo
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No se sabe nada de su origen, pero por su apellido se le considera francés y, por su estilo pictórico, debió pasar una temporada en Italia. Su llegada a España coincide con la de Juan de Flandes y con la de Pedro Berruguete, su mentor, con el que trabajó en los frescos del claustro de la catedral de Toledo.
Se dice que fue el introductor del Renacimiento en España, así como el introductor de las formas del «Quattrocento» italiano en Castilla, en una época de florecimiento artístico y expansión territorial debido al descubrimiento de América. En la ciudad toledana se casó dos veces y tuvo un total de nueve hijos, uno de ellos Juan de Borgoña “El Mozo”, fruto de su primer matrimonio con Quiteria Fernández. Que su hijo se llamara igual que él, ha dado lugar en ocasiones a dificultades de atribución de sus obras. Gozó de buena posición económica, de prestigio y gracias a su testamento sabemos que dejó sin terminar algunos trabajos, como dos retablos en las localidades de Cuerva y de Escalona.
En el claustro de la catedral de Toledo pintó la escena de la Visitación (dirigido por Berruguete) y en esta ciudad llevaría a cabo su obra más reconocida, la decoración de la sala capitular de la catedral, entre 1508 y 1511. Son pinturas al óleo sobre el muro de yeso que representan trece escenas de la vida de la Virgen y la Pasión de Cristo. Debajo de ellas se encuentra la serie de 32 retratos de los primeros arzobispos toledanos. Entre ellos el protector del pintor, el cardenal Cisneros. Su obra en el templo toledano tendría continuidad en la Capilla Mozárabe en 1514 donde narra la campaña de Orán de Cisneros. También trabajó en obras religiosas en Madrid (Parla), Cuenca (Guadazaón), Guadalajara (Pastrana) o Salamanca. Dispuso de un gran taller, algunas obras se han perdido definitivamente, pero el último descubrimiento sorprendente ha sido en el retablo mayor de la iglesia de la Santísima Trinidad de Alcaraz, en Albacete, donde en 2020 han aparecido ocho tablas que se creían perdidas de Juan de Borgoña. Se conocen además otros trabajos importantes como los retablos de Camarena (1517) o su labor en la Universidad de Alcalá (1519), además de la que hay en la catedral de Ávila. El Museo del Prado custodia La Magdalena y tres santos dominicos, adquirida en 1966 de la colección Yakichiro.
Mucha de la obra inédita y restaurada de este pintor ha sido expuesta en el Museo de Santa Cruz de Toledo, en la que puede verse no solo la reciente obra descubierta de Alcaraz sino también parte de aquella con la que dio sus primeros pasos conocidos en Toledo o la que se conserva en otros puntos de Castilla-La Mancha. Es decir, se reunió por vez primera gran parte de la obra de Juan de Borgoña en todo el mundo, bajo el subtítulo de “un maestro oculto”.