¿De dónde salió el dinero?
El comentario de Ana Castaño en 'La Ventana de Asturias' (01/04/22)
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Asturias
Dice Isabel Díaz Ayuso que las ayudas del Gobierno las pagaran los ciudadanos, declaraciones que, curiosomente, coinciden con las del líder de la plataforma del transporte.
Evidente, señora, las ayudas no las pagan a escote los miembros del Consejo de Ministros. El dinero saldrá de las arcas públicas; exactamente del mismo lugar del que se obtienen los recursos para hacer carreteras, para mantener hospitales o, por cierto, para pagar el sueldo que usted y todos sus consejeros perciben.
Claro que esto usted lo sabe perfectamente -para nada la tengo por tonta- si hace esa afirmación es simplemente porque le viene bien, para, a continuación, pedir la rebaja de impuestos. Ese es su objetivo, como el de buena parte de la derecha -la extrema y la suya que cada día se confunden más- porque han entendido que la complejidad de la situación actual y el descontento social les brinda una magnífica oportunidad para erosionar un poco más ¨lo público¨ y extender la idea de que lo bueno es no pagar impuestos o que, en todo caso, estos sean los más bajos posible. De ahí a una campaña diciendo que Sánchez nos roba solo hay un paso.
Con nuestros impuestos se obtienen los ingresos que hacen posible que cuando estamos enfermos seamos atendidos, que niños y niñas puedan acudir diariamente a la escuela, o que las personas mayores o dependientes reciban ayuda. Sin la contribución del conjunto de la población a los gastos del estado, sería imposible contar los con los recursos necesarios para que podamos disfrutar de bienes y servicios que recibimos como si fuera algo natural pero que, conviene no olvidarnos, en otras partes del planeta solo están al acceso de los más ricos.
Así que haríamos bien en hacer oídos sordos a los discursos anti impuestos -por más que resulte tentador caer en la trampa y por muy cabreado que se pueda estar- detrás de ellos solo se oculta el interés de unos pocos que lo tienen todo.
Las ayudas no salen del sueldo de las personas que se sientan en el Consejo de Ministros, pero en esa mesa sí se adoptan decisiones para atenuar la situación de las personas impactadas por la pandemia o por los efectos de la guerra.
Y a eso, en mi modesto entender, es a lo que deberíamos atender.