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Alberto Mielgo: El largo camino hacia el Oscar de un corto de animación

El director madrileño opta esta noche al Oscar por El limpiaparabrisas

Alberto Mielgo, director de El Limpiaparabrisas

Alberto Mielgo, director de El Limpiaparabrisas

En El limpiaparabrisas hay algunas escenas con lluvia, pero no hay coches. “Por el título parece que voy a contar la historia de un limpiaparabrisas, pero para nada. No aparece un parabrisas nunca”, explica Alberto Mielgo. En realidad El limpiaparabrisas, The WindShield Wiper, es una metáfora para contar una historia de amor o, más bien, varias historias de amor. Tantas como gotas hay en la lluvia. “Cada relación que tenemos es absolutamente diferente, como cada gota de lluvia que cae por el cristal de un parabrisas”, nos matiza el director del corto desde Los Ángeles, pocos días antes de la gala de entrega de los premios de la Academia de Hollywood.

Por este corto de animación, Alberto Mielgo, un madrileño de Torrelodones de 42 años, puede convertirse en el primer español en conseguir el Oscar en la categoría de mejor corto de animación. “Yo empecé este proyecto sin saber producir animación. Era director de arte, pero no m había metido de lleno en lo que era producir animación. Ahora mismo produzco mis propias historias”, nos dice. “Ten en cuenta que empecé con este proyecto hace ocho años y lo tuve que parar para poder pagar mis facturas y seguir trabajando, porque esto, al fin y al cabo, es un corto totalmente independiente y autofinanciado y cuando había que ponerse a hacer otra cosa, había que pararlo”.

El Limpiaparabrisas es un corto de animación para adultos, nada que ver con la animación de Pixar o Disney y con un estilo que él define como animación impresionista. “Lo que significa es que hay que conseguir la imagen con menos elementos. No hay necesidad de llenar los personajes de poros y de manchas en las pieles y eso ayuda al ojo, que es un órgano muy sensible. Así le ayuda a entender mejor las imágenes”.

Escena de El Limpiaprabrisas, de Alberto Mielgo

Escena de El Limpiaprabrisas, de Alberto Mielgo

Escena de El Limpiaprabrisas, de Alberto Mielgo

Escena de El Limpiaprabrisas, de Alberto Mielgo

Alberto Mielgo se formo casi de forma autodidacta. “Era un loco de los comics cuando era chiquitillo. Sin saber leer, mi padre me enseñaba las aventuras de Tintín y me fascinaban. Empecé a hacer narrativas en comic muy pronto. Yo tengo comics de cuanto tenía 8 o 9 años y había un personaje que cogía un coche y se caía por un barranco y mil dramas así”, nos explica. “Luego me empezó a fascinar el cine, porque mi hermana era una erudita y veía con ella películas que, para mi edad, eran una barbaridad, títulos de Bergman o de Kieslowski. Yo tenía 11 o 12 años, pero me encantaban. Soy también pintor, pero el cine es mi disciplina artística favorita”.

Trabajó en Madrid, luego en Londres hasta recalar en Los Ángeles, en donde colaboró con Tim Burton en La novia cadáver. “Hice storyboards y obviamente él ha influido mucho en mi trabajo. Pesadilla antes de Navidad me parece fantástica y la dirigió Henry Selick que es una leyenda de la animación. Pero, de la misma manera, me han influido muchos artistas con los que no he trabajado nunca, como los comics de Tintín y de Astérix o las películas clásicas de Disney o el cine independiente europeo como el de Eric Rohmer. Eso puede que me haya influido mucho más que gente con la que he trabajado”, explica.

Ha sido consultor visual de Spider-Man un nuevo universo y ha participado en el episodio The Witness, La Testigo, de la serie de Netflix Love Death and Roborts. Así, paso a paso, hasta llegar a este corto, que se presentó primero en Cannes y ahora lo ha situado a las puertas del premio más importante del mundo del cine: el Oscar. “No puedo pensar en un premio que sea más importante. El Oscar es una barbaridad. En la industria del cine te pueden gustar más festivales como Cannes o Venecia, porque tienen una selección más independiente o interesante, pero el Oscar es el premio de los premios”.

Escena de La testigo, de Alberto Mielgo

Escena de La testigo, de Alberto Mielgo

Escena de La testigo, de Alberto Mielgo

Escena de La testigo, de Alberto Mielgo

Gane o no gane Alberto Mielgo ya se ha hecho un nombre en el mundo de la animación. Ahora reparte su tiempo y su trabajo entre Madrid y Los Ángeles. “No hay necesidad de estar en Los Ángeles para trabajar en animación. Yo, al menos, no lo necesito. Mi estudio Pickman TV está en España. El Limpiaparabrisas es un corto español. Los últimos proyectos, como La testigo, también los he hecho en Madrid y yo voy a seguir trayendo mi trabajo de donde salga, porque en animación podemos trabajar donde queramos. Al fin y al cabo mientras estemos trabajando todos conectados a un servidor central, da igual dónde estemos”.

Esta madrugada sabremos si Alberto Mielgo, este pintor y cineasta, ha hecho historia en el cine español.

Elio Castro

Elio Castro

Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo por la Universidad Autónoma/El País. Periodista...

 
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