Explicaciones con el Sáhara

Madrid

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, anunció el pasado sábado, poco después de que Rabat hiciera pública la carta del presidente del gobierno al rey de Marruecos, que comparecerá el próximo miércoles ante la comisión de Exteriores del Congreso para explicar lo ocurrido. Se agradece la buena voluntad del ministro, pero en realidad quien ha tomado la decisión de cambiar la posición de España respecto al Sáhara Occidental no ha sido él, porque no le corresponde una decisión semejante, sino el propio presidente y sería mucho más apropiado que quien acudiera al Congreso fuera Pedro Sánchez. El presidente tiene que explicar personalmente ante la Cámara no solo por qué ha cambiado la posición del Gobierno de España respecto a su antigua colonia, un terrero equivalente aproximadamente a Gran Bretaña, aunque sea en su mayoría desierto, sino también por qué lo hace en este preciso momento y, por lo que se ve, sin anunciárselo antes al enviado especial de Naciones Unidas para el Sáhara, nombrado el pasado mes de octubre. Albares se entrevistó ayer deprisa y corriendo en Bruselas con este diplomático, un italo-sueco llamado Staffan de Mistura, que hasta ahora no ha abierto la boca. Sin embargo, cualquier acuerdo respecto al Sáhara Occidental exige un proceso que facilite Naciones Unidas. A la espera de las explicaciones del presidente Sánchez, que son inexcusables, una pregunta: ¿se ha planteado ya el Gobierno español a cuantos refugiados saharauis acogerá como asilados en nuestro país?