La crisis de precios y la guerra frenan la leve mejoría que había experimentado el Banco de Alimentos de Alicante tras la pandemia

Alicante

El aumento de los precios de la energía y los carburantes han frenado la leve mejoría que había experimentado en los últimos meses el Banco de Alimentos de Alicante con respecto al número de beneficiarios.

La ONG llegó en el pico más alto de la pandemia a contar con casi 50.000 beneficiarios y la cifra había bajado hasta los 44.500 pero, ahora, esa bajada se ha frenado por el deterioro económico de la población más vulnerable de la provincia.

El director del Banco de Alimentos de Alicante, Juan Vicente Peral, advierte, además, que en estos momentos están pasando por un momento de dificultad con la huelga de transportistas. Asegura que tienen mercancía pero que en los últimos días no han podido recibir leche, uno de los productos más básicos para la organización.

Las donaciones de entidades públicas, privadas o de ciudadanos a nivel particular siguen siendo buenas, admite, ya que la pandemia creó una conciencia importante en la sociedad alicantina. Pide al Gobierno Central soluciones inmediatas para solucionar el problema del transporte.

Esta crisis de precios unida a la necesidad de atender a los refugiados ucranianos que han llegado a la provincia tras escapar de la guerra provocará, de nuevo, un aumento en el número de beneficiarios.

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Peral lamenta la falta de información con respecto a la gestión que se está haciendo con estas personas. Admite que hay mucha gente que quiere ayudar pero no sabe dónde ni cómo puede enviar esa ayuda. Reclama más datos sobre qué organizaciones se están encargando de gestionar la alimentación de los refugiados o el alojamiento para poder echar una mano de una forma más efectiva.