Un cuatro puede no ser suficiente
La firma de Jorge Laborda Fernández , Catedratico De Universidad, Bioquímica y Biología Molecular
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Jorge Laborda
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Firma de opinión | Un cuatro puede no ser suficiente
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No hay duda de que la Universidad de Castilla-La Mancha ha constituido y constituye una importante palanca de desarrollo y crecimiento tanto cultural como científico y económico para nuestra Región. Es por ello importante que se tomen las medidas necesarias, adaptadas siempre en lo posible a las condiciones socioeconómicas de la región, para mantener la calidad de la formación ofrecida por esta institución académica.
Sin embargo, en años recientes y no tan recientes, la Universidad de Castilla-La Mancha se ha visto amenazada por varios factores que no solo han impactado en la financiación de la investigación humanística y científica, sino también en la captación de estudiantes. En los últimos años, el número de estudiantes matriculados en nuestra universidad no alcanza las cifras obtenidas en años anteriores. Se han puesto en marcha, por ello, distintas iniciativas encaminadas a aumentar en lo posible el número de estudiantes matriculados en nuestra universidad.
Algunas de las medidas tomadas no están por ello exentas de polémica. Entre ellas, la obligatoriedad del profesorado, este mismo curso y en los sucesivos, de calcular la nota final, y otorgar un aprobado si esta nota es un 5,0 o superior, incluso cuando cualquiera de las partes que componen las asignaturas, por ejemplo, teoría y prácticas, haya sido calificada con solo un cuatro. En otras palabras, un suspenso en teoría podría ser compensado con un aprobado en prácticas y viceversa. Hasta este curso esto no era posible. Ambas partes de las asignaturas debían aprobarse de forma independiente, para garantizar una adecuada formación tanto teórica como práctica de los estudiantes.
En toda honestidad, desconozco si el objetivo de esta medida es atraer a más estudiantes, haciéndoles creer que será más fácil conseguir un aprobado en nuestra universidad que en otras. Si este no es en realidad el objetivo de la medida, confieso que no comprendo cómo esta puede ser beneficiosa para mejorar la calidad de la enseñanza universitaria. Estaré muy agradecido a quien me lo explique.
Y es que la calidad de la formación que cualquier universidad imparte no depende solo de la calidad y motivación de su profesorado, sino también, y de manera importante, de la calidad y motivación del estudiantado. En este sentido, un nivel de exigencia satisfactorio es determinante para garantizar que la formación recibida, y adquirida con el estudio individual, es apropiada. Atraer a más estudiantes, si es lo que esta medida persigue, para que finalmente estos no consigan una formación adecuada es un mal negocio, un desperdicio de tiempo y de recursos, que no solo no conseguirá aumentar el número de matriculados a medio y largo plazo, sino que logrará que este disminuya cuando el prestigio de los egresados de nuestra universidad se haya perdido.