Solidaridad bien organizada y una historia de David contra Goliat en la que pierde la banca

Es sábado y hemos decidido empezar la mañana con una sonrisa y una visión optimista de las cosas, a pesar de todo lo que está pasando. Lo primero ha sido abrir las ventanas para dejar entrar el aire fresco de las grandes alamedas, por donde camina el hombre y la mujer libre, y que se lleve los mensajes de odio de la ultraderecha y el dolor de la guerra. El nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, ha homenajeado a Salvador Allende citando una de las frases más emblemáticas de su famoso discursos desde el asediado Palacio de la Moneda en septiembre de 1973. Casi 50 años después, un joven desde el balcón que fue bombardeado apela a la memoria para que no se repita jamás. Camiones colapsando la frontera ucraniana, envíos de mantas perdidos y olvidados en un almacén. A veces el impulso solidario nos hace reaccionar en caliente y lanzarnos a colaborar a paliar el sufrimiento que nos llega por los medios de comunicación. Las ONGs están haciendo un llamamiento a ordenar todo esto, porque está siendo contraproducente. La buena voluntad es de agradecer, y mucho, pero no resuelve las necesidades humanitarias más acuciante. Hemos hablado con el doctor Felipe Noya, vocal de la Coordinadora de ONG y miembro de Médicos del Mundo. El doctor Noya dice «somos conscientes de que en principio esto es muy mediático, la gente se vuelca en la atención a las personas» pero «desde el agradecimiento hay que saber que la ayuda, nuestra ayuda, está basada en la universalidad y en el conocimiento de cómo desplegarla». Es un grave riesgo enviar medicamentos, por ejemplo, sin la trazabilidad adecuada. O ropa de abrigo sin criterio alguno, que luego acabará malvendida en mercadillos u olvidada en un almacén. Por no olvidar el grave riesgo que supone ir a recoger a refugiados sin control. Ya se está denunciando que en medio del caos y descontrol de ahora las redes de tráfico de personas están aprovechando para desarrollar su actividad delictiva. Además que hacerse cargo de las personas que huyen significa mucho más que darles techo y comida. Son situaciones que deben afrontar los expertos. Felipe Noya dice, que por desgracia, este conflicto va para largo y que lo que hay que evitar a toda costa es que pase a engrosar la lista de conflictos olvidados. Hay que canalizar la solidaridad y empatía y sobre todo no tener ninguna crisis humanitaria olvidada. Dentro de este llamamiento de canalizar la ayuda a través de las Agencias y Organizaciones de ayuda humanitaria, la Cadena SER ha iniciado una campaña de recaudación de donaciones para Ucrania. Jaume Llorca contrató una cuenta ON de Bankia en 2019. Le requerían que tan solo operase con su perfil digital. Él cumplía todas las condiciones, pero para que no le cobrasen 5 euros de comisión tenía que acceder a recibir cualquier tipo de información y publicidad por todos los medios. Y a cederlos a terceros. Jaume, ejercía entonces como abogado, y ahora es profesor de derecho mercantil de la Universitat dAlacant. No se resignó y lo puso en conocimiento del departamento de atención al cliente y de protección de datos de la entidad, que no le dieron la razón. Acudió entonces a la Agencia Española de Protección de Datos, que finalmente ha multado a Caixabank, que se quedó con Bankia, a pagar 2 millones de multa por esa práctica que vulnera el derecho de protección de nuestros datos. Es una victoria individual ante una gran entidad. Una historia de David contra Goliat, que además de hacer justicia, beneficiará a otros que estén en la misma situación.

Solidaridad bien organizada y una historia de David contra Goliat en la que pierde la banca

Las ONG hacen un llamamiento a canalizar las ansias de ayudar a los refugiados de Ucrania para evitar colapsos y abusos en la frontera

Lourdes Lancho

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