El campo aragonés contra las cuerdas
La invasión de Ucrania se suma a la lista de problemas de un sector seco por la falta de lluvias
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Prevor Drake
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Zaragoza
El campo necesita algo más que un chaparrón aislado. “Si las lluvias no son generosas en próximos días, las pérdidas para el sector serán multimillonarias”, advierte el secretario general de UPA, José Manuel Roche. El déficit hídrico ha arrasado el 30% de la cosecha en el Bajo Aragón y ha obligado a los regantes a gastar sus escasas reservas de agua.
En Aragón hay sembradas 850.000 hectáreas y todas penden de un hilo por la falta de lluvias. Lo de hoy parece un espejismo, porque desde mediados de diciembre no había caído ni una gota. Como consecuencia, las cosechas y los pastos agonizan. “En regadío no podremos ir a dobles cultivos, habrá que reducir la superficie de maíz y el pasto para el ganado extensivo se ha agotado. No hay comida en los montes”, indica Roche.
Los agricultores de regadío sacan la calculadora y afrontan una campaña difícil. Los embalses están a poco más del 50%, las reservas de nieve prácticamente a cero y han tenido que establecer cupos. Un ejemplo, en Riegos Alto Aragón. “La campaña pinta mal. Hay cultivos como frutas, hortalizas o para alimentación animal que necesitan agua y que solo puede hacerse en regadío”, dice su presidente, César Trillo.
Esta semana la esperanza está puesta en la bajada de las temperaturas y las estas últimas precipitaciones pueden reconducir este escenario. Un ejemplo está en los cultivos de invierno. “Gracias a esto no hablamos de pérdidas generalizadas en los cereales de invierno. Son lluvias insuficientes, pero han mejorado la situación”, finaliza Roche.
La guerra de Ucrania, otra preocupación más para el sector
Los insumos están disparados y “las lonjas han subido 80 € el precio de la tonelada del cereal, es decir, un camión de maíz o trigo puede alcanzar los 10.000 €”, apunta Trillo. Ucrania es el granero de Europa por la calidad de su suelo. Como dato, el 30% del maíz, el 17% del trigo y el 68 % del girasol que se consume en España llega de este país.
Cereales que se transforman en pienso para dos sectores: porcino y avícola. La periodista especializada Elisa Plumed anuncia que entre las primeras medidas preventivas puede estar “el dejar de llenar las granjas intensivas durante un tiempo”. También se trabaja en la importación de cereales en mercados alternativos en Estados Unidos, Brasil o Argentina. Esta medida ha sido muy anunciada por los gobiernos de Europa y España, pero no es tan fácil. “Pueden contener un mayor índice de pesticidas y micotoxinas. Europa tiene unos altos índices de seguridad”, remarca.
La producción en Aragón
Aragón produce 5,5 millones de toneladas de pienso, pero hay un déficit del 40% de la producción. El consejero de agricultura, Joquín Olona, considera que la falta de girasol y de maíz demuestra que hay cosas que tienen que cambiar. “Debemos y podemos reducir este déficit apostando por la producción. No podemos ser una potencia ganadera cárnica con esta debilidad estructural”, proponía ayer en las Cortes de Aragón.
Los cereales no solo van destinados al consumo animal. Las harineras en Aragón también tienen un peso destacado dentro del sector agroindustrial. Gustavo Espinosa de Harineras de Tardienta es claro, a medio plazo habrá consecuencias y ahora mismo se vive en un estado de psicosis. “Hoy no hay desabastecimiento de cereal, pero hay preocupación para el medio o largo plazo”. A lo que añade la presidenta del gremio de panaderos de Zaragoza, Ana Marcén, que su preocupación va más allá del desabastecimiento. Hoy sufren una escalada de precios en la electricidad, gasoil y también envases. Por eso anuncia, dejarán de hacer algunos productos. En cuanto a la falta de aceite de girasol, los expertos recuerdan que en España hay posibles sustitutos. Está el orujo de oliva o el tan denostado aceite de palma.