Marcos Garcés: Consolidar, día a día, la democracia

Lucky Luciano, considerado el padre del crimen organizado estadounidense, decía que “en cualquier negocio, lo más importante es no ser el muerto”. Que le pregunten a Pablo Casado, que ha sido el último en darse cuenta de que en su negocio no tenía mucho futuro.

Pero si hablamos de muertos hoy hay que mirar a Ucrania: qué rápido se convierte todo en escombros y qué fácil se vuelve formar parte de ellos. Donde un día estás aparcando para ir al cine al siguiente estás acampando para evitar una bomba.

No es el único conflicto, pero sí uno que nos enseña que no hay nada consolidado. Mi padre siempre dice que las cosas, como la democracia, se consolidan día a día. Creer que es así para siempre y porque sí es un error que se termina pagando caro. Pasa lo mismo con la libertad, concepto que manosean precisamente quienes quieren imponer sus doctrinas y construirse su libertad a costa del resto.

A Putin, a nivel política exterior, se le ha ido permitiendo durante años sus aventuras y alentando sus sueños, básicamente por interés comercial. Pasa lo mismo en casa: por interés comercial, algunos cambian votos para un gobierno por imposiciones ultras, consiguiendo así alentar sus sueños y posibilidades oligárquicas.

Para todo esto sirve lo mismo que para los incendios de verano: que se apagan en invierno.

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