Terrorismo nuclear
En estas cuestiones tan delicadas y peligrosas, los márgenes de error se miden por centímetros. O por el grosor de un cabello. En eso radica también lo terrorífico que es jugar a la guerra
Barcelona
¡Vivir para ver! Ya solo nos faltaba contemplar cómo la artillería de Putin disparaba contra la primera central nuclear de Europa, en el este de Ucrania. Y lo que nos rondará. Como esta operación no se ha saldado en una enorme carnicería, algunos dudan de que la reacción del presidente Zelenski sea exacta. Ha calificado el hecho como un acto de terrorismo. Terrorismo nuclear. Vamos a ver. Los actos terroristas suelen desembocar en matanzas estruendosas, horriblemente espectaculares. Tenemos, aquí y en todo el mundo, tristes ejemplos de ello. Pero no es el resultado en número de muertes lo que los define de verdad. Para que un acto sea terrorista basta con que sea de gran violencia; que ataque a una instalación estratégica o simbólica y que produzca grandes efectos visuales que sean capaces de aterrorizar a la población. De provocar que todos teman por sus vidas. De prefigurar un exterminio. El presidente ucranio tiene razón: terrorismo nuclear. Probablemente Putin no deseó que la central nuclear estallase al completo. Habría matado a tantos rusos como ucranianos. Pero atención, en estas cuestiones tan delicadas y peligrosas, los márgenes de error se miden por centímetros. O por el grosor de un cabello. En eso radica también lo terrorífico que es jugar a la guerra.
![Xavier Vidal-Folch](https://s3.amazonaws.com/arc-authors/prisaradio/f7168c26-a49a-4d73-9ec3-792aee7f62bf.png)
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...