"Lo que sana un abrazo, lo que transforma estar cerca de la muerte y tener una mano a la que agarrarse"
Casi 3.500 personas han fallecido solas a causa de la COVID-19 en la provincia de Alicante
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La Columna de Carlos Arcaya: «"Lo que sana un abrazo, lo que transforma estar cerca de la muerte y tener una mano a la que agarrarse"»
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Alicante
Tras casi dos años de pandemia, iniciando el camino de la recuperación económica, social y emocional -como decía el president Puig-, no podemos olvidar a los cerca de 3.500 fallecidos por la COVID-19 en la provincia de Alicante.
Perdidas irreparables que, además, han tenido que fallecer en unas condiciones dolorosísimas. Solos o prácticamente solos, sin la compañía de sus familiares más queridos, por las exigencias de la pandemia.
Estoy seguro que todos han sentido el calor del personal sanitario, magníficos profesionales, pero esta forma de morir es indigna. Por no hablar de la angustia que se genera en los familiares de cualquier persona que ha fallecido en un hospital y que sienten que han dejado abandonado a ese ser querido.
Y hago esta reflexión al hilo de un texto que hace unos días publicaba Kike Romá en Facebook y en el que destacaba cómo urge humanizar o rehumanizar la atención en los hospitales, especialmente en las situaciones irrevocables.
"Sé por experiencia lo que sana un abrazo, lo que mejora saberse acompañado, lo que transforma estar cerca de la muerte y tener una mano a la que agarrarse", dice Kike.
Este también es un reto pendiente -muy importante- en ese camino de la recuperación que hemos emprendido.