El tráfico de teléfonos móviles, otro negocio en las cárceles gallegas
Los funcionarios piden renovar unas plantillas muy mermadas y envejecidas
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A Coruña
Los funcionarios de prisiones han incautado hasta 135 teléfonos móviles en la prisión de Teixeiro, en los últimos cinco años. Se trata de un objeto prohibido en el interior de los centros penitenciarios por su relación con la continuidad de la realización de delitos de bandas organizadas por ejemplo con el narcotráfico o de delitos de violencia machista.
El sindicato ACAIP UGT señala que los delitos son cada vez más sofisticados y es necesario renovar unas plantillas de funcionarios muy mermadas y envejecidas.
En el mercado negro móviles de plástico que no valen más de 20 euros pueden llegar a pagarse por 300. La mayor parte de estos teléfonos se encuentran lugares como suelas de zapatos, productos higiénicos o una caja de galletas.
Denuncia que la edad media de los funcionarios de prisiones en Galicia es de 50-51 años y es de las más bajas de España. Señala que debe cambiar la gestión de las plantillas si no queremos encontrarnos con ancianos intentando controlar a presos jóvenes con delitos cada vez más sofisticados.
Desde Acaip-UGT han valorado el trabajo realizado por los empleados públicos penitenciarios para evitar el comercio ilícito de estos elementos prohibidos en las prisiones. Por ello, ha destacado la importancia de ocupar todas las vacantes disponibles en las cárceles de España, para así poder seguir realizando su labor.
"El uso de estos teléfonos puede generar deudas entre los internos e incidentes por el control de los mismos. Por ello, los trabajados penitenciarios dedican grandes esfuerzos en el decomiso de estos objetos, la mayoría de los cuales se camuflan fácilmente por su reducido tamaño y escapan a los detectores de metales al ser sus componentes de plástico", han añadido.