Paco Goyanes: "Los periodistas no tienen la culpa"

Zaragoza

Los periodistas no tienen la culpa. Además de aguantar a sus directores, se tienen que dedicar a los empeños más absurdos. La analítica política, narrando sin parar una ópera bufa de pijos sobreexcitados. El esforzado reportero bélico, con crisis de ansiedad ante tanta guerra que cubrir y por nacer. Y el alicaído comentarista deportivo local todo el día enfrascado en los sanos negocios de los insaciables fumadores de puros que se divierten comprando y vendiendo equipos de fútbol en situación de derribo.

A mí la información deportiva me alimenta el alma. Dos ejemplos. Remi Linkdholm, esquiador de fondo finlandés, sintió un dolor muy fuerte mientras competía en los juegos olímpicos de invierno de Pekín: pene congelado. ¿Pero dónde compran los calzoncillos los deportistas finlandeses? ¿En el rastro de Helsinki? ¿Se los tejen ellos mismos? Y qué me dicen de Meikayla Moore, defensa del equipo de fútbol femenino de Nueva Zelanda, que jugando contra Estados Unidos se metió en propia puerta tres goles, tres. Y va su entrenador y la quita, qué crueldad.

Así está la prensa: pijos peleando, penes congelados y goles en propia puerta. Y guerras, muchas guerras. Periodistas, yo os quiero.