Los retos visuales se han vuelto a ponerse de moda estos días y las redes sociales se han llenado de imágenes hipnóticas y trampantojos que han vuelto locos a sus usuarios. Sin embargo, el último de estos desafíos en popularizarse no es en absoluto nuevo. Todo lo contrario. Se trata de una imagen con más de 140 años de antigüedad, que ha sido rescatada por los usuarios de Twitter. A simple vista, podría tratarse de una imagen como otra cualquiera. En ella se muestra la cabeza de un perro, que mira de perfil, con la lengua fuera. No obstante, la tierna estampa oculta entre sus trazos una figura peculiar que no todo el mundo es capaz de identificar: la cara de un hombre. La principal limitación a la hora de afrontar este reto es el tiempo: se dispone únicamente de 15 segundos para encontrar el rostro escondido si se desea superar el juego con éxito. Si ya has agotado tus primeros 15 segundos y no has logrado el reto, los tuiteros han compartido algunas pista y un par de trucos que te serán de gran ayuda para que tu segundo intento sea más fructífero. En primer lugar, el hombre lleva sombreo. Quizás, una vez identificado el accesorio, el resto del rostro se dibuje en tu cabeza de forma más sencilla. Si con esa ayuda aún no lo has conseguido, no te preocupes. ¿No te resulta extraña la forma de la oreja del animal? Por ahí va la segunda pista. Un último truco: si sigues sin verlo, prueba a girar el dispositivo en el que estés viendo la imagen, todo se ve más claro con un poco de perspectiva. El popular reto se publicó por primera vez en una revista estadounidense en 1880 y ahora ha revolucionado las redes sociales, contraponiendo a aquellos que han conseguido resolver el enigma «en tres segundos»; quienes lo sacaron, aunque están «tristes» porque se demoraron más del tiempo estipulado y los que, directamente, no lo lograron. «Muy rebuscado», aseguraba un usuario de la red social, que se daba por vencido tras varios intentos. «¿Es Don Quijote?», preguntaba otra persona. «¿Es Donald Trump?», repreguntaban en otra respuesta. «Parece una pechuga de pollo», comentaba otra tuitera entre risas. «Hasta el rostro de un alien se ve allí», sentenciaban desde un último perfil en tono irónico.