"La investigación en España está en la UCI"
Investigadores gallegos califican la reforma de la Ley de Ciencia de "descafeinada e insuficiente". El Gobierno sostiene que responde a muchas de las demandas del sector

A Coruña
En el sistema sanitario gallego hay profesionales de la investigación próximos a la jubilación que han encadenado contratos de un año, renovables a dos, durante más de dos décadas. Otros han tenido que firmar once contratos en diez años. Son sólo dos ejemplos de la precariedad que envuelve las condiciones laborales de muchos investigadores en España. Ante el inicio de la tramitación en el Congreso de la nueva Ley de Ciencia, el personal científico advierte de que el diagnóstico de la I+D+I en España es de UCI. En su opinión, la reforma de la ley anterior aprobada por el Consejo de Ministros el pasado viernes es "descafeinada".
Por el programa A Coruña Opina, de Radio Coruña Cadena SER, se han pasado investigadores gallegos que no han dudado en calificar de "oportunidad perdida" para acabar con la precariedad y la falta de recursos en los proyectos científicos. María Mayán, directora del grupo CellCom en el INIBIC del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, de referencia internacional en el estudio del cáncer y enfermedades degenerativas asociadas a la edad, ha incidido en la escasa inversión que se hace en I+D+I en España. Apenas es de un 1,41% de inversión pública. En Galicia no llega ni siquiera al 1%: es del 0,98%.
Según Mayán, "estamos por debajo de Polonia, Grecia y Portugal y eso debería avergonzarnos a todos". Considera que el nivel de productividad sitúa a España en un 8º puesto gracias "al inmenso esfuerzo que ha hecho el personal investigador contratado en condiciones precarias en 2008, cuando empezaron a darse estas condiciones".
Uno de los principales problemas es la falta de reposición generacional, en opinión de Moisés Canle, exdecano de la Facultad de Ciencias de la Universidade da Coruña y director de la Cátedra de empresa Emalcsa-UDC. Canle se ha mostrado escéptico ante la reforma y sostiene que no hay voluntad política de dignificar la profesión. Advierte de que si no se apuesta por un cambio real, "España no conseguirá traer de vuelta el talento que se ha ido con sueldos que son demasiado bajos y nada competitivos".
Vanessa Valdeiglesias, coordinadora del grupo de Investigación de Nanotoxicología y Toxicología Genética de la Universidade da Coruña y vicepresidenta de Investigal, tiene claro que la ley aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez es "una oportunidad que se ha perdido". Sostiene la también vicepresidenta de Investigal que había muchas cosas que corregir y "la reforma no las arregla del todo". Asegura que el personal científico está muy cansado de que las administraciones no les escuche y advierte de la desilusión general que hay entre las nuevas generaciones. Mucho estudiantado de Grado ya no quiere empezar, firma Valdeiglesias.
Carlos Spuch, investigador Senior del Grupo de Neurociencia Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital de Vigo, define de "descafeinada" la reforma y lamenta que deje fuera a la investigación en los hospitales mediante la creación de la figura del investigador sanitario. Alerta de la importante bajada de investigadores que se producirá ante las jubilaciones previstas en los próximos años -unas 25.000 en los próximos cinco años- frente a una reposición de 12.000. Spuch sostiene que la investigación actualmente está en la "miseria". Pide a las fuerzas políticas y a la sociedad que remen para el mismo sitio con más inversión en tecnología. Unos y otros piden un Pacto de Estado por la Ciencia.
Habla la administración
La subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, ha afirmado en el programa que la Ley de Ciencia da respuesta a muchas de las denuncias de los investigadores e investigadoras: la precariedad, la falta de reconocimiento de la antigüedad o las indemnizaciones al finalizar los contratos. Ha subrayado los objetivos con los que nace la reforma: transformar los contratos temporales en indefinidos y duplicar el dinero público que se invierte en programas de investigación durante esta década.
En Galicia, unos cuatro mil investigadores trabajan con contratos de obra y servicio. El aumento de la inversión en ciencia dependerá, cada año, de las disponibilidades presupuestarias.