Bandas latinas, "preparados para morir"
Es una de las conclusiones que apunta la investigadora del proyecto Transgang, Mariah Oliver. Se las conoce como bandas latinas, pero en realidad son bandas juveniles. Grupos de jóvenes de entre 14 y 30 años cada vez más violentos, más visibles y que forjan su identidad odiando a su contrario sin ni siquiera saber porqué.
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Dispositivo especial contra las bandas latinas en Zaragoza el pasado 19 de febrero/Policia Nacional
![Dispositivo especial contra las bandas latinas en Zaragoza el pasado 19 de febrero/Policia Nacional](https://cadenaser.com/resizer/v2/U26BIRUATJADXHBZGSIAXPS73Y.jpeg?auth=4779466a4d7bdd64e73d946fc3e909ce0a507bfd883359cf9caacfb19e78d3c6)
zaragoza
Estudia las bandas juveniles y trabaja en ciudades como Zaragoza para orientar a los agentes sociales. En Aragón hay dos bandas de este tipo: los Dominican Don´t Play y los Black Panther. El número de integrantes es difícil de cuantificar. Es junto a Madrid, dice la investigadora, una de las zonas más activas. Solo hay que tirar de hemeroteca y recordar las peleas en los últimos meses en la capital aragonesa. La más reciente, la del 30 de enero, a las puertas de la discoteca GARDEN y en la que la policía intervino Machetes y cuchillos.
Estos grupos tienen sectorizada la ciudad, dice el portavoz de la Policía Nacional en Zaragoza, Christian Aventin que "el problema está cuando la banda contraria se introduce para delinquir o para estar, en zonas que los otros asumen como propias y es cuando vienen estas riñas tumultuarias y quedan en un tercer lugar, allí es donde vemos luego que aparecen a machetazos, son peleas con armas blancas."
El origen del conflicto se resume rápido. Solo por entrar a una banda, automáticamente, los integrantes de la otra banda son tus enemigos. Construyen su identidad odiando a otras personas pero sin saber o conocer los motivos, porque los conflictos, dice Mariah Oliver, se heredan. "Alguien toca a alguien cercano, de mi núcleo de amigos y entonces, bueno...tengo que responder. Ese imaginario se va retroalimentando y no estamos haciendo nada por cortarlo."
Captación en las aulas
Sus integrantes intentan incorporar a nuevos miembros en colegios e institutos, cuanto más jóvenes mejor, incluso con 11 y 12 años. Según Oliver el problema es que "están en una etapa del desarrollo madurativo, cuantos más pequeños son más influenciables y manipulables."
Aunque se les llame bandas latinas, dice la policía, sus integrantes, en muchos casos, nada tienen que ver con Latinoamérica. Según Aventín "ya hay muchos españoles metiéndose en bandas, son dominicanos son incluso de otras nacionalidades" y "estamos viendo gente del norte de África y del Este de Europa que se están introduciendo en estos tipos de bandas."
Perfil de los miembros
Pero, ¿Cómo es el perfil de las personas que integran estas bandas? ¿Qué les lleva a formar parte de un grupo donde la delincuencia es la columna vertebral? Según el educador aragonés, Francisco Castaño se trata de chicos que "primero tienen problemas conductuales sobre todo en casa, suelen tener fracaso escolar, tienen la autoestima muy baja y de alguna manera tienen que posicionarse. La forma de hacerse ver, es pues a lo mejor un aumento de violencia, la pertenencia a una banda...porque así ellos se sienten importantes".
Todos los expertos coinciden en que el detonante de todo esto es claro, jóvenes que no saben gestionar su propia frustración. Hay una excesiva sobreprotección desde la infancia que conlleva a una ausencia de límites y cuando llegan a la adolescencia es difícil de controlar. Además, aunque no en todos los casos, lo cierto es que esa violencia que se ejerce fuera de casa, también se da dentro.
Violencia hacia los padres
La violencia filio-parental es una realidad. Las agresiones de hijos a padres aumentan en Aragón, también la intensidad y gravedad según la presidenta de la sección de turno de oficio del colegio de abogados de Zaragoza, María Victoria Alquezar. Los factores van desde el fracaso escolar, la frustración y también, "la falta de control de impulsos".
Alquezar lanza un mensaje a las familias para que no nieguen el problema y no lo minimicen. Además debe denunciarse "porque fundamentalmente en el caso de los menores si no existe denuncia no se puede intervenir en materia de ley". Los cuatro expertos consultados coinciden; hay que atajar el problema en el momento en el que se detecta un cambio de conducta. Acudir a un profesional que ayude a gestionar esta situación. Todo con el objetivo de que no sea demasiado tarde...