Los mayores timos de la historia, con nombre y apellidos

Madrid

Los timos y las estafas están entre nosotros desde que el mundo es mundo. Los más grandes e increíbles los repasa en el libro ‘A peseta por estampita’ Javier Márquez, periodista y antiguo subdirector de Forbes en España. Deja claro, eso sí, que hay que diferenciar entre los timos “del día a día, los de la calle” y aquellas estafas que han arruinado vidas. Cuenta que su libro se centra en los casos del primer grupo porque los del segundo son algo mucho más grave y desagradable.

En muchos casos, esos timos salen adelante por el carácter de esas personas que Javier ha denominado “pícaros ibéricos”. Según dice, los latinos tenemos una forma de ser más propensa a cometer este tipo de fraudes haciendo uso del “poder de la palabra”. En cualquier caso, su timador favorito no tenía esa sangre latina: George C. Parker, estadounidense, ha pasado a la historia (y al libro de Javier, por supuesto) por “vender” el puente de Brooklyn a una infinidad de víctimas. Les decía que, si le compraban el puente a él, podrían instalar un peaje para cobrar el paso a todos los viandantes que quisieran caminar ahí. Aunque Parker fue el más exitoso en el “arte” de estafar vendiendo monumentos, no fue el único en hacerlo. Victor Lustig tampoco se lo montó mal y logró que le compraran la Torre Eiffel un par de veces.

Muchas películas y series cuentan y recrean historias basadas en timos como los que expone Javier en su libro. De hecho, empezó a pensar en escribirlo tras ver ‘Los Tramposos’, una película del año 1959 protagonizada por Tony Leblanc. Asegura que estas historias funcionan y gustan tanto (no hay más que ver el éxito de La Casa de Papel) porque "todos empatizamos con quienes engañan y desafían a los poderosos".