¿Cómo se ha desarrollado nuestro cerebro para tener tanto poder?
Raquel Mascaraque nos habla de la evolución del cerebro y de cómo hemos ido desarrollando ese órgano para paliar otras deficiencia. El ser humano usa el cerebro por un tema de supervivencia
Qué ha pasado en la evolución humana para que nuestro cerebro funcione como funciona
Eso es. Y es que cuando nos preguntamos por qué evolucionó un cerebro como el nuestro la respuesta más obvia podría ser: para pensar. Es habitual suponer que con la evolución nuestros cerebros son más grandes porque pensamos y razonamos, y que ese es el superpoder humano, pero la verdad es que el cerebro no evolucionó para pensar. Evolucionó para sobrevivir.
Voy a utilizar la metáfora de Lisa Feldman en su libro: 7 lecciones y media sobre el cerebro, que recomiendo leer al 100%. Nos tenemos que ir unos 500 millones de años atrás, cuando entramos en el período Cámbrico, ya que apareció algo nuevo y muy significativo para la evolución: la caza.
De alguna manera, una criatura pudo percibir la esencia de otra criatura y se la zampó. A ver, los animales ya se habían comido unos a otros antes, pero esto era diferente, había premeditación. Para cazar en sí no necesitaban un cerebro, pero la caza sí que fue un gran paso para que se desarrollase el cerebro posteriormente.
El planeta se convirtió en un lugar más competitivo y peligroso. Tanto depredadores como presas tuvieron que evolucionar para sentir el mundo que les rodeaba y comer o no ser comidos. Por ejemplo, los tiburones todavía utilizan su sensibilidad táctil con la que pueden detectar objetos por vibración para localizar a sus presas.
En resumidas cuentas, las criaturas que podían percibir mejor su entorno y habían desarrollado sistemas de movimiento más sofisticados tenían más posibilidades de sobrevivir. Pero también tenían que ser eficientes porque si perseguían a una presa pero se movían demasiado por no haber medido bien la distancia otro depredador podía llegar antes y comerse a la presa. O si eras la presa y estaban gastando energía huyendo siempre de una amenaza inexistente, cuando realmente necesitases los recursos puede que ya hubieses gastado esa energía y adiós muy buena.
Entonces podemos decir que ser eficaz energéticamente fue clave para la supervivencia.
Como nos cuenta Lisa Feldman, es como si tuvieses que administrar un presupuesto. Sabes cuanta energía tienes y hay que valorar la manera más eficaz de gastarla para no desperdiciar nada de nada. Y la mejor manera de ajustar bien un presupuesto es adelantarse a pequeñas sorpresitas que podamos tener, ¿no? Que no nos pille nada por sorpresa.
Eso es, y con el cuerpo pasa un poco lo mismo, la predicción gana a la reacción. Saber si tengo que correr antes de que el depredador venga a por mí o si por el contrario, es mejor permanecer quieta hasta que el depredador comience su movimiento me dará más posibilidades de sobrevivir. Las criaturas que predecían bien sobrevivían, las que no, bueno, no están aquí para contarlo.
De manera científica, eso se denomina alostasis, que es la capacidad de predecir y prepararse automáticamente para satisfacer las necesidades del cuerpo antes de que estas ocurran.
¿Pero cómo se puede predecir lo que tu cuerpo va a necesitar? ¿O cómo lo hacían estas criaturas?
Pues la mejor fuente de información viene de su pasado, qué han hecho en otras ocasiones cuando pasaba algo parecido. Los científicos todavía investigan cómo criaturas unicelulares planifican sus acciones de forma predictiva.
El resto de animales siguió desarrollando cuerpos más grandes y complejos, por lo que el interior de sus cuerpos también se volvía más sofisticado y necesitaba algo más que un par de células para garantizar el agua, la sangre, la sal, el oxígeno, la glucosa, el cortisol, las hormonas sexuales y que todos los recursos en general estuvieran organizados y funcionando de manera eficiente, vamos, que necesitaban un cerebro.
A medida que los animales fueron desarrollando cuerpos más grandes las células también evolucionaron para convertirse en cerebros cada vez más complejos.
Justo, y es que si nos vamos a día de hoy, Lisa Feldman nos confirma que el cerebro supervisa de manera eficiente más de 600 músculos en movimiento, equilibra docenas de hormonas distintas, bombea sangre a un ritmo de 7.600 litros diarios, regula la energía de miles de millones de células, dirige alimentos y hace que salgan los desechos, combate enfermedades, y todo ello de manera ininterrumpida durante aproximadamente ¿90 años?
Si tuviéramos que medir eso en presupuesto corporal sería como miles de cuentas financieras en una gigantesca corporación multinacional.
Entonces si volvemos a la pregunta ¿por qué evolucionó un cerebro como el nuestro? Realmente no hay un porqué contundente, pero sabemos que la función más importante del cerebro no es la racionalidad o la emoción, ni la imaginación o creatividad, ni siquiera la empatía. La función más importante es gestionar nuestro cuerpo y predecir las necesidades energéticas y poder así sobrevivir. Vamos, que su función principal es que ahorremos energía. El cerebro humano pesa aproximadamente 1,4kg y consume el 20% de nuestra energía corporal.
¿Y es cierto que usamos solo el 10% de nuestro cerebro?
Ese creo que puede ser el neuromito más extendido de todos y que se fomenta por desconocimiento en películas como Lucy:
Los monjes budistas son capaces de modificar sus ondas cerebrales mediante la meditación. Conociendo cómo funciona el cerebro humano y entrenándolo podemos desarrollar habilidades que ni te imaginas, pero eso no implica que usemos solo el 10%, utilizamos el 100% ya que el cerebro, como hemos dicho en otras ocasiones, funciona en bloque. Que algunas personas parece que solo utilizan el 10% de su capacidad cerebral, eso sí te lo compro!
Bueno, también la creencia se alimentó por Einstein, muy humilde él, no se le ocurrió otra forma de explicar su altísimo intelecto que argumentando que el resto de mortales no estaban utilizando todo su porcentaje cerebral. Pero siento decirte Einstein que el cerebro permanece ocupado incluso cuando pensamos que no estamos haciendo nada. Bastante tiene ya con controlar funciones inconscientes como la respiración y el latir del corazón.
Para que te hagas una idea:
Te levantas por la mañana y te vas a tomar un café (parece simple, ¿no?): vas a la cocina, coges el vaso, preparas la cafetera, echas el café en el vaso, coges o no la leche… Pues en esa tarea tan rutinaria que seguramente hagas todos los días, sin darte cuenta ya han participado entre otras áreas: el lóbulo occipital (para controlar la vista) el lóbulo parietal, que integra la entrada de los sentidos, las cortezas sensorial y motora para procesar la información táctil y las funciones motoras voluntarias, los ganglios basales para iniciar e integrar el movimiento, el cerebelo para manejar el equilibrio y los lóbulos frontales como director ejecutivo del cerebro. Una tormenta eléctrica de actividad neuronal ocurre casi a través del cerebro entero en el lapso de algunos segundos y tú todavía sigues teniendo las legañas pegadas al ojo.
Por eso el cerebro tiene que ahorrar energía, porque está activo todo el rato, y como hemos dicho, necesita controlar el presupuesto del cuerpo para no malgastar ni una gotita de energía.
¿Y cuáles son sus trucos para ahorrar tanta energía?
El neurocientífico Antonio Damasio acuñó un término para esto: Marcadores somáticos. Son atajos que toma nuestro cerebro para ahorrar energía, hasta aquí todo bien. Las experiencias que vivimos hacen que almacenemos en nuestra memoria una serie de sensaciones y emociones que son agradables o desagradables a ciertos estímulos. La relación entre el estímulo y el estado emocional es lo que se denomina marcador somático.
Por ejemplo, si en invierno tocas un radiador ardiendo y te quemas, nunca más te vas a acercar a un radiador en invierno y poner la mano tan a la ligera. Tu cerebro aprende que quema y la próxima vez no caerá en la trampa.
¿Y no se equivoca nunca?
Pues si se equivoca, a veces por vago, toma atajos (las heurísticas) para no tener que tomar decisiones complejas y por ende, ahorrar energía, pero esto puede llevarnos a error.