Seguirá siendo obligatoria la mascarilla en el mercadillo

Aranda de Duero

La mascarilla seguirá siendo obligatoria dentro del mercadillo semanal de Aranda. Esta cita semanal recuperará su formato anterior a la pandemia, eliminando casi todas las medidas que se adoptaron cuando a finales de mayo, después de su suspensión durante el confinamiento, se reabrió con determinadas limitaciones. En aquel entonces se dispuso una distribución de los puestos lineal, estableciendo una distancia mínima entre puestos de 6 metros frontales y 4 metros laterales, que ahora desaparecerá, permitiendo que los vendedores puedan recuperar el espacio perdido para cumplir con estos márgenes. También se establecieron en ese momento unos itinerarios internos que ya no tienen sentido. El Ayuntamiento prescindirá también de la seguridad privada que contrató para garantizar unos accesos ordenados, pero mantendrá en ellos unos carteles advirtiendo de la necesidad de llevar mascarilla para circular en el entorno del mercadillo.

Aunque este jueves entra en vigor la disposición del Ministerio de Sanidad que publica hoy el BOE por la que deja de ser obligatoria para circular al aire libre, el mercadillo, por ser un lugar habitualmente concurrido, se contempla como una de las excepciones. “Sí que es verdad que dentro de los recintos de los mercados ambulantes hay que llevar la mascarilla, entonces se va a dejar un cartel como aviso, y en cuanto a la reestructuración lo está trabajando el aparejador del ayuntamiento y no sé si será ya para este sábado o para el siguiente, porque también vamos a consensuar un poco el tema de los espacios con el colectivo”, detalla Olga Maderuelo, concejal de Promoción y Desarrollo.

En otro orden de cosas, el Ayuntamiento de Aranda ya dispone de un borrador de las bases que regirán el mercadillo semanal de los domingos, una actividad en proyecto, que podría ser realidad esta primavera o verano. La asociación de comerciantes de Santa Catalina, donde está prevista su ubicación, y el colectivo de feriantes tendrán ahora quince días para estudiarlas y poder hacer sus aportaciones antes de su aprobación. La edil entiende que al no implicar una modificación sustancial de la normativa el proceso no debería prolongarse mucho tiempo.