El Supremo avala el despido de un director de banco al que registraron el despacho cuando estaba de vacaciones

Madrid

Fue en el marco de una auditoría ordinaria cuando se encendieron las alarmas. El auditor transmitió a la dirección del Banco Santander que en una sucursal de Madrid no se guardaba la debida diligencia con documentos de carácter personal. Un mes después se realizó otra auditoría sin avisar que pilló al director de vacaciones.

Se registró su despacho porque allí estaba el armario donde se guardaban los expedientes de los clientes y los auditores encontraron un joyero con anillos, pulseras y collares, documentos de préstamos personales a clientes con un interés abusivo, transferencias suyas de dinero para tapar descubiertos y 15.000 euros en efectivo. El proceso terminó con el despido del director que ha sido confirmado en todas las instancias judiciales.

Dice el Supremo que el Santander "no ha incurrido en ninguna ilegalidad en la obtención de aquellas pruebas, por cuanto el despacho de dirección de la sucursal no era un espacio privado del demandante, sino el lugar donde se guardan todos los expedientes de los clientes dentro de los armarios que están sin cerrar con llave, sin que se forzara ningún cajón, ni armario, porque no estaban cerrados".

Añade que "la ausencia del trabajador era imprevisible, ya que obedece únicamente a la sorpresiva actuación del propio interesado que el viernes anterior solicita inopinadamente las vacaciones, cuando lo normal es que la hubiere cogido en el mes de agosto como corresponde a los directores de oficina"