La brecha de género se intensifica en el mundo rural
Verónica López: "El campo no tiene puertas, pero sí techos de cristal"
![](https://cadenaser.com/resizer/v2/6HME2SEOHVHHFFOJXW4O3TMMPI.jpeg?auth=9a72960a66248361519ebfa9dd1deec9a0773702ca01ecfb0ce08b07fdb360d9&quality=70&width=650&height=487&smart=true)
Verónica López, consultora de Economía Aplicada de Afi / Cadena SER
![Verónica López, consultora de Economía Aplicada de Afi](https://cadenaser.com/resizer/v2/6HME2SEOHVHHFFOJXW4O3TMMPI.jpeg?auth=9a72960a66248361519ebfa9dd1deec9a0773702ca01ecfb0ce08b07fdb360d9)
Toledo
Las mujeres en el medio rural se enfrentan a una doble desigualdad: la primera, el simple hecho de ser mujeres; la segunda, el entorno rural es limitado en términos de oportunidades laborales, acceso a servicios y conectividad física y digital. De esta forma, estos muros se ven intensificados en el acceso al empleo, la infrarrepresentación en la toma de decisiones en el ámbito rural y el desequilibrio en la conciliación. Así lo recoge el XII Informe ClosinGap 'Coste de oportunidad de la brecha de género en el medio rural', elaborado por CaixaBank en colaboración con Analistas Financieros Internacionales (AFI), presentado en el Castillo de San Servando (Toledo).
Según el estudio el envejecimiento de la población femenina en el ámbito rural es más intenso que en zonas urbanas, por lo que existe una mayor tasa de dependencia. Junto a esta realidad demográfica, se encuentra la precariedad laboral de la mujer que se acentúa. Siendo así, la tasa de temporalidad de las mujeres agrícolas del 60,9% mientras que la de los hombres es del 52%. Además, el porcentaje de contratos temporales en las mujeres es 8,6 puntos porcentuales mayor que en el caso de los hombres rurales (un 13,9% frente al 5,3%, respectivamente).
La precariedad laboral de la mujer rural es una cuestión estructural, ya que se da un contexto en el que el mercado laboral agrícola nacional se sitúa en la cola de Europa en cuanto a inclusión del talento femenino. En datos, España es el quinto país europeo con el porcentaje de actividad rural femenina más baja (73%); el tercero de Europa con la tasa de empleo rural femenino más baja (64%); y, el segundo con mayor paro femenino rural (12,9%).
Infrarrepresentación en la toma de decisiones
A pesar de estar mejor cualificadas con un 22,8% de estudios de nivel superior, respecto al 15,6% de sus compañeros varones en el mismo entorno, sigue existiendo una tendencia común "las mujeres desempeñan ocupaciones más básicas que los hombres" y, además "ocupan menos puestos de dirección", según comenta la consultora de Economía Aplicada de Afi, Verónica López.
En el informe se hace hincapié en que hombres y mujeres han compartido las labores agrarias, pero en el caso de las mujeres "careciendo de los mismos derechos y obligaciones derivados de la gestión". Su trabajo ha sido relegado a los cuidados de la la familia, "siendo la columna vertebral de la atención a la dependencia", como cuenta la consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández. Este trabajo no remunerado constituye una "doble jornada" en la que las mujeres rurales "dedican dos horas y siete minutos más al día que los hombres", explica la consultora de Afi.
De las 1,6 millones de personas empleadas en explotaciones agrarias, el 65,4% son hombres. Y si se pone el foco en las personas que están al mando de la toma de decisiones se observa que "por cada tres hombres que son titulares-jefe de la explotación hay una mujer en la misma posición". "Podemos hablar de techos de cristal en la actividad agrícola, el campo no tiene puertas, pero hemos constatado que sí que existen techos", asegura López.