¿Debería limitarse la edad máxima para conducir?

Madrid

Ayer murieron cinco personas en Valencia, tres jóvenes y dos ancianos, en una colisión múltiple causada por un conductor de 87 años que circulaba en sentido contrario. Hace unos días, en una autovía de Jaén, un conductor de 85 también recorrió cinco kilómetros en contradirección. En esa ocasión todo quedó en un susto para quienes se cruzaron con él. La edad de ambos conductores octogenarios, podrían haber sido centenarios, reaviva un debate sobre si debería establecerse un límite de edad, que hoy no existe, para ponerse al volante.

Es evidente que con los años se pierden facultades y reflejos y que las limitaciones se aceleran y se acumulan en la ancianidad. Es posible que la prudencia compense esas carencias. Y también lo es, por supuesto, que cualquier generalización respecto a un colectivo tan amplio puede llevarnos a extraer conclusiones injustas con respecto a cada individuo. Pero eso mismo podrían argüir menores de 18 años con la suficiente pericia y capacidad para conducir y a los que, sin embargo, les está prohibido hacerlo. Yo no sé cuál es la respuesta a nuestra polémica, pero creo que una sociedad que felizmente ha dinamitado los límites de la ancianidad debería plantearse muy en serio la pregunta.